jueves, 6 de enero de 2011

Reseña histórica

Los orígenes de la Cofradía se remontan al reinado de Fernando VI en el siglo XVIII cuando, en 1750 el joven escultor sevillano Luis García y Quero esculpe la talla de una dolorosa por encargo de Fray Pedro de Colpas, religioso franciscano de Málaga. Los datos que nos proporciona un documento de 1795 son que la ''Hdad. de Ntra. Sra. de los Dolores'' es del ramo de la de Jesús Nazareno del Carmen (El Rico) aunque en esta fecha es una cofradía independiente, sí guarda el orden procesional el Viernes Santo por la mañana, tal y como lo hacía cuando pertenecía a la Matriz. Su mayordomo era D. Juan González y declara que los ingresos anuales son de 1805 reales procedentes de limosnas y la renta de una casa. 


Pocos datos tenemos de esos años en los que el abandono del convento de El Carmen la llevan al Convento de San Francisco y posteriormente a la casa de los señores D. Pedro Poey y Dª. M ª Manuela Bascán. Sabemos esto porque con fecha del 17 de noviembre de 1887 el Obispo de Málaga, posteriormente Arzobispo de Sevilla y actualmente Beato de la Iglesia, D. Marcelo Spínola y Maestre, concede 40 días de indulgencias a quien le rezare a las imágenes de la Dolorosa y San José que veneraban la familia Poey-Bascán en su casa-habitación, y en esos momentos la imagen ya estaba en tierra veleña.

Después de la Guerra Civil su peregrinar cesa y pasa definitivamente a la Iglesia de San Juan Bautista recibiendo solemne culto en la capilla que construyese D. Juan Poey en 1835, donde se encuentra el Santo Sepulcro actualmente, pasando más adelante a la de Nuestro Padre Jesús Cautivo (Medinaceli) y Santa Magdalena. En 1977 la Cofradía de Jesús Cautivo y Sta. Mª Magdalena celebra una misa en honor a sus Sagrados Titulares, en la cual ya aparece agregada la imagen de una Virgen Dolorosa, bajo la advocación de Mª Stma. Del Amor Doloroso. En 1980 se adquiere un nuevo trono para procesionar a Ntra. Sra. De los Dolores, dicho trono se adquiere a la Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Columna y Mª Stma. De la ‘’O’’ –Gitanos- de Málaga. Tras la dimisión de su Hermano Mayor, la entonces nueva junta de Gobierno toma en la sesión extraordinaria del 6 de mayo de 1982 como principal acuerdo ceder la Imagen de Nuestra Señora de los Dolores, junto con todos sus enseres a un grupo de hermanos para que se hicieran cargo de sus cultos, cuidados y procesión. Es ya en el año 1983, en el que este grupo de personas solicita al entonces párroco, D. José Barroso, que les cediera la capilla en la que estaba la Virgen de Fátima, lugar en el que se encuentra expuesta a culto desde entonces hasta la actualidad.

El aspecto de la Virgen era el de una dolorosa dieciochesca con los ojos agachados y las manos entrelazadas en actitud suplicante. La imagen a lo largo de su historia ha sido sometida a cuatro restauraciones conocidas. La primera en 1829 por D. Salvador Zapata, en los años 70 se le sustituyen las manos unidas por unas abiertas por parte del escultor veleño D. José Casamayor, siendo estas su primera aportación a la Semana Santa veleña. Es en el año 1980 cuando el malagueño D. Pedro Pérez Hidalgo le abrió los ojos y la repolicromó con unas carnaciones marfileñas; a partir de ahí la imagen sufre una serie de transformaciones en esa década, acabando con su impronta dieciochesca las labores del escultor sevillano D. Manuel Hernández León en 1988, encargado de retallar y policromar en tonalidades tostadas el rostro y las manos de la Virgen, configurándose así su singular belleza. Gracias a esta serie de  intervenciones se encuentra en el interior de la mascarilla de la Virgen un manuscrito del autor que parcialmente transcribimos: ''Esta imagen se hizo para el Padre Fray Pedro de Colpas, religioso de S. Fco de Paula en el año santo de 1750 por el escultor D. Luis García y Quero de edad de 23 años, 8 meses y 27 días...''.

Tras los cultos recibidos para su festividad el 15 de septiembre de 2009, la Imagen es trasladada al estudio del veleño escultor D. Israel Cornejo Sánchez. Una vez allí, se procede a resanar grietas e infinidad de llagas producidas por alfileres, hecho muy normal en este tipo de dolorosas de vestir. Se retocan las comisuras de los labios, que se encontraban sin definir, se le acaba la anatomía del cuello y se le aplica una nueva policromía de carnaciones tostadas similar a la anterior pero mucho más trabajada en detalles y tonalidades. Además se le realizan cinco nuevas lagrimas de cristal de Murano y se completa el trabajo con la confección de un juego de pestañas de pelo de marta sibelina, todo ello para realzar aún más si cabe la Soberana belleza de la Madre Dolorosa.

Escribir sobre Nuestro Padre Nazareno del Dulce Nombre es algo más complicado porque es una imagen en "proyecto" y que actualmente no se procesiona. Tenemos datos que aseguran que en el siglo XVIII fue una de las cofradías de más rancio abolengo de la ciudad y que estaba amparada por la protección "Real". También sabemos que formaron parte de ella ilustres personajes pertenecientes a la nobleza veleña y axárquica para los cuales era un honor su pertenencia en la Congregación.

El hecho de que la cofradía decidiera rescatar esta tan antigua advocación supone traer al presente una parte de la historia del pueblo de Vélez que por el paso de los años ha quedado olvidada en la memoria colectiva.
Sabemos que los orígenes de la Congregación del Dulce Nombre de Jesús se remontan a inicios de 1700, y que su sede canónica se localiza desde el principio en la Iglesia de San Juan, es más, tenemos ciertos datos que apuntan que el Cristo recibía culto en lo que hoy es la Sacristía de la Iglesia y que tenia ciertos privilegios concedidos por el papado y el rey que la distinguía de entre las demás cofradías de la época.


Estos datos nos dan un esbozo de la importancia que tuvo en su tiempo y que nosotros queremos rescatar desde nuestros días. Pero es necesaria una investigación aún más profunda y exhaustiva que nos lleven a obtener datos fiables para reconstruir la historia del Dulce Nombre.